domingo, 25 de febrero de 2007

amistad



Cuenta que una vez, un soldado se dirigió a su superior y le pidió permiso para ir a buscar a un amigo que no volvió del campo de batalla.

Permiso negado, contestó el teniente.

Pero el soldado, al saber que el amigo estaba en apuros, ignoró la prohibición y fue en su búsqueda.

Algún tiempo más tarde regresó, mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo en los brazos.

Su superior estaba furioso y lo reprendió:

- ¿No le dije que no se arriesgara? ¡Yo sabía que el viaje sería inútil!

- Ahora he perdido dos hombres en vez de uno. .

- Dígame: ¿ha valido la pena ir hasta allá para traer un cadáver?

Y el soldado, con la poca fuerza que le restaba, le contestó:

- ¡Claro que sí, señor!

Cuando yo lo encontré él estaba todavía vivo y me pudo decir:

- “Estaba seguro que tú vendrías”!

Gracias a todos los que habeis estado ahi, cuando mas os necesite!!

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